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¿Deberíamos hablar de historia de la ciencia o de las ciencias? (Introducción a la Historia de la Ciencia_Tarea 2.1)

Normalmente se habla de historia de la ciencia, en singular. Pero ¿deberíamos hablar de historia de la ciencia o de historia de las ciencias? 

La repuesta inicial que daría, sin mucha reflexión previa, es que deberíamos hablar de historia de la ciencia. Sinceramente, porque suena mejor; quizá porque es el término que más se suele usar, pero también porque creo que se entiende perfectamente a qué se refiere. Historia de las ciencias puede resultar un tanto confuso. ¿Quiere decir que incluye la historia de las ciencias sociales, políticas, naturales, físicas, etc.?, ¿O se refiere a que recoge la historia de cada una de las ramas de la ciencia (genética, biología, química orgánica, física nuclear, etc.)? En este sentido, hablar de historia de la ciencia parece mucho más claro, ya que, aunque no sea sencillo definir qué es la ciencia, sí que tenemos (más o menos) claro a qué nos referimos cuando hablamos de esta y su historia. 

Pasemos ahora a ahondar un poco más en el tema. Al hablar de ciencias en plural se están diferenciando y separando distintas disciplinas. Dado que la ciencia tiende cada vez más a la especialización, esto no parecería nada muy descabellado. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no estamos hablando del momento actual en el que se encuentra la ciencia, sino de su historia. Y ¿qué es más importante en la historia de la ciencia: la unidad de las ciencias o la especialización de estas? No creo que haya una respuesta buena o mala a esta pregunta. Como todo en esta vida, depende. Depende del momento, del lugar, del contexto, de cómo se entienda. Teniendo en cuenta esto, parece más sensato hablar de historia de la ciencia, teniendo en cuenta que las distintas ciencias pueden englobarse dentro de esta, y que cuando sea preciso se podrá hacer la distinción entre ellas. 

Además, sin saber mucho del tema (así que igual me equivoco), hacer separaciones y clasificaciones en historia puede ser peligroso. En este caso por dos razones: 

1. La clasificación de las ciencias o lo que se consideran ciencias (en plural) ha cambiado mucho y seguirá cambiando. Esto también puede pasar al hablar de ciencia en singular. Sin embargo, al hacer referencia a algo de mayor envergadura, disminuye el “error” y facilita la comprensión en el tiempo. 

2. Distinguir ciencias y no hablar de ciencia (en general) puede llevar a una tendencia a la descontextualización. Podríamos caer en el aislamiento excesivo, estudiando de forma muy separada cada una de las ciencias, cuando tenemos que tener en cuenta que todo en historia se localiza dentro de un entorno y un contexto que hay que tener en cuenta. Ya me parece peligroso el separar historia de la ciencia de la historia de la filosofía, historia del arte, historia política, etc. Añadir un plural más, que pueda llevar a otra separación adicional, no me acaba de convencer. 

Entiendo, por supuesto, que debido a la variedad y especialización de las disciplinas sea necesario hacer ciertas distinciones a la hora de su estudio. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la historia del arte, que a lo largo del tiempo se ha visto obligada a dividirse en historia de las distintas artes: historia de la música, de la literatura, de la pintura, etc. Estas delimitaciones ayudan al estudio de campos muy amplios, pero también muy diferenciados. Quizá en algún momento sí que sea necesario hablar de historia de las ciencias y no de historia de la ciencia como algo genérico, pero no creo que estemos todavía en ese momento. Lo común de las distintas ciencias es algo tan esencial en ciencia que hace difícil su separación. Además de que la especialización es un proceso progresivo que, mirando desde una perspectiva histórica, acaba de empezar. 

En esta reflexión me he centrado especialmente en hablar de historia de la ciencia o de las ciencias entendiendo que la historia de las ciencias hace referencia al estudio de las distintas especialidades científicas. Sin embargo, también podría entenderse como el estudio de otros campos que pueden llamarse ciencias (por unas u otras razones): ciencias políticas, ciencias sociales, ciencias psicológicas, etc. O incluso como el estudio de las distintas ciencias en función de la época, el lugar, etc. En ambos casos seguiría defendiendo el hablar de la historia de la ciencia en singular, ya que, aunque bien es cierto que hay que tener en cuenta las distintas visiones, disciplinas e interacciones entre ellas, creo que es más importante la unificación y una visión más holística. Al menos por ahora.

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