En este texto me baso en los capítulos titulados “Secretos” e “Ingenieros” del libro “El Nacimiento de la Ciencia Moderna en Europa” de Paolo Rossi. En dichos capítulos, el autor comienza hablando de la tradición hermética, centrando esta en alquimistas y magos; sabios con conocimientos superiores y secretos de los que sólo ellos eran dignos y merecedores. Ante este conocimiento hermético se contrapone la práctica tecnológica, basada en el conocimiento práctico, experimental y compartido.
Se aprecian varias diferencias importantes entre ambas formas de conocimiento. Por una parte, la tradición hermética usa términos complejos con el fin de no ser comprendida por los “profanos”. Es un conocimiento que no evoluciona, sino que pasa de manera religiosa de maestros a discípulos, como verdades absolutas e inmutables. Además, el contenido que se trata es puramente teórico, intuitivo y “superior”. Por el contrario, la práctica tecnológica se basa en la trasmisión de los conocimientos de la manera más sencilla posible. Esta comunicación de la información sirve igualmente para la colaboración y la ampliación y perfeccionamiento de las técnicas, permitiendo el progreso de la tecnología. Con respecto a su contenido, es más práctico y cercano a los intereses de la sociedad.
En cierto modo, la práctica tecnológica nace como rebelión ante la tradición hermética, pero también como una necesidad ante las circunstancias y el contexto. A partir de los siglos XVI y XVII, los técnicos, mecánicos e ingenieros se oponen al saber selecto y secreto que dominaba hasta entonces. Actúan en pro de lo crítico, demostrable y transmisible. El único secretismo que se presenta en este momento se debe a motivos económicos, no nace con el fin de asombrar al “vulgo”.
La relación entre los distintos conceptos que se mencionan anteriormente (tradición hermética, práctica tecnológica) parece entonces clara: aparecen como visiones opuestas del conocimiento científico, siendo la diferencia principal el secretismo -indispensable para los herméticos y evitado por los mecánicos- y lo que esto conlleva.
Ante esta dicotomía entre conocimiento hermético y práctica tecnológica introducimos ahora la ciencia moderna. Esta está influenciada por ambas tradiciones del conocimiento. Muchos científicos de la revolución científica están influidos o toman ciertas ideas de alquimistas de la tradición hermética. Sin embargo, en la ciencia moderna se observan elementos que resultan contrarios a dicho hermetismo: protesta contra la autoridad, ataque a la alquimia, conjunción de la teoría y la práctica, etc.
Por otro lado, en el texto de Rossi se expone que Bacon (fundador de la ciencia moderna) expresó desde el punto de vista filosófico a lo que se había llegado mediante la práctica técnica, afirmando que “las artes mecánicas” son una forma de conocimiento que avanza gracias a la colaboración. Para los representantes de la revolución científica, esta tecnología se desarrolla en un contexto en el que el conocimiento técnico y científico es usado como instrumento, para bien o para mal.
Algunos autores entienden la modernidad como el triunfo de la técnica y la práctica tecnológica. Sin embargo, en la ciencia moderna la teoría y la experiencia se complementan. Es más, se puede ver en ella reminiscencias de la tradición hermética (influencias de sus autores, visión de la naturaleza dirigida por leyes que no se rompen, conocimientos teóricos “elevados”) y reminiscencias de la práctica tecnológica (importancia del empirismo y la experimentación, transmisión de los conocimientos, etc.). Resulta interesante cómo la ciencia moderna, que se entiende como un cambio de la visión tras “la revolución científica”, en realidad no dista tanto y se ve enormemente influida por las ideas y costumbres previas, aun siendo estas muy diferentes entre sí.
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