¿Cómo veo la ciencia? ¿Así? ¿Sin mucho pensar?
Mi
disposición inicial acerca de la ciencia es bastante confusa, pero creo que
predomina en mí una visión admirativa de la ciencia.
Cuando
pienso en la ciencia, lo primero que siento es admiración, sí, pero dentro de ésta
hay implícitas muchas ideas (algunas contradictorias). Es una admiración que produce
interés y se basa en el deseo de comprensión del mundo, pero también produce
inseguridades. Es curioso, pero la fascinación por la ciencia lleva, a la vez,
a preguntarse cosas y a no hacerlo.
Esta
admiración nace en parte de la complejidad, una complejidad multidimensional.
Por una parte, entender y definir qué es la ciencia ya es complicado. A esto se
suma la complejidad del objeto de estudio de la ciencia: la naturaleza. También
hay que mencionar la dificultad del estudio en sí: la adquisición de
conocimientos, el empleo de técnicas y métodos, el análisis de los resultados,
etc. Y ¿qué decir de las implicaciones
de la ciencia? Otra fuente más de complicaciones.
Ante
esta maraña de dificultades, tendemos a una confianza casi plena en la ciencia
o, por el contrario, a una gran desconfianza frente a ella. Personalmente,
tiendo a la confianza. Reconozco que es en parte fruto de la admiración; hay
una especie de impulso que nos hace pensar que podemos confiar en aquello que nos
maravilla, que eso es lo bueno, lo correcto, la solución. Dicho así parece que
se trata de un acto de fe. En parte creo que es así, confío en la ciencia por
el hecho de que admiro la ciencia (soy un poco básica, lo reconozco). Sin
embargo, hay otra parte relacionada con lo incomprendido de la ciencia que me acerca
a veces hacia la desconfianza. Lo que no entendemos nos da miedo, y a pesar del
asombro que causa en mí la ciencia, también me causa cierto temor. Es un miedo
que nace al no conseguir asimilar qué es aquello que estoy admirando, es como
enfrentarse a un abismo, enorme y que te maravilla, pero que no llegas a
comprender plenamente, y esto genera miedo.
Por
otro lado, no podría clasificar la ciencia como algo bueno o malo. Entiendo que
la ciencia consiste en explicar el mundo con un método concreto, y no creo que
una explicación puede ser “buena” o “mala”. Puede estar más o menos justificada,
pero si estamos hablando de ciencia considero que existe un grado de justificación
suficiente. Ahora bien, es imposible separa a la ciencia de la sociedad, y a la
sociedad de la ciencia. Y sí que opino que se puede hacer un uso bueno o malo
de la ciencia; no solo refiriéndome a las aplicaciones que la ciencia puede
tener, sino a las cuestiones que trata la ciencia, el cómo se haga, qué
implicaciones tenga en la sociedad, etc. La ciencia se mueve en base a los
intereses de una sociedad, la hacen las personas (con los sesgos y contextos de
cada uno) y la difusión, aplicaciones y el uso de ésta también depende del
contexto social. Esta unión tan estrecha entre la ciencia y la sociedad suma un
grado de complejidad más. Este plus de complejidad me hace admirar todavía más
la ciencia (sobre todo desde un punto de vista teórico), pero también me genera
cierta desconfianza, y me hace pensar que, en cierto modo, la ciencia sí que
podría llegar a ser “buena” o “mala”. No sabría clasificar en que punto se encuentra
actualmente.
Como
conclusión, creo que parto desde la admiración de la ciencia. A veces se trata
de una admiración que puede llegar a cegar, olvidándome de la idea de criticar
y cuestionar que promueve la propia ciencia. Otras veces, esa admiración y
confianza en la ciencia lleva, paradójicamente, a la desconfianza. Esta
desconfianza genera cierto malestar, pero permite avanzar.
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