Desde el positivismo lógico se busca la verificación,
poder confirmar empíricamente una idea. En principio suena bien que una teoría científica se pueda comprobar, pero ¿realmente esto es tan bueno?
Partimos de que: Tengo una hipótesis ➝ la compruebo ➝ mi hipótesis es cierta.
Ante esto podemos encontrar varios “problemas”:
- No podemos comprobar todos los casos posibles. Al hacer comprobaciones en ciencia, generalmente usamos la inducción. Este tipo de inferencia tiene la desventaja de que podemos partir de premisas verdaderas y llegar a una conclusión falsa. Podemos comprobar que, al pulsar el interruptor, la luz se enciende; pero no podemos probar que esto va a ocurrir en todos los casos. Lo mismo pasa con las teorías científicas. Podemos comprobarlas, pero no comprobar todos los casos posibles.
- Existen sesgos. Estamos buscando una confirmación a nuestra teoría; una confirmación que ansiamos. Nunca está de más poner de manifiesto que, por muy racionales, científicos y analíticos que seamos…somos humanos. Esto implica tener sesgos. Queremos demostrar nuestra teoría de manera crítica, pero puede que nuestras ganas de demostrarla influyan (voluntaria o involuntariamente) en los resultados de las confirmaciones.
- Existen más sesgos. Podemos modificar las hipótesis y las comprobaciones de tal modo que la hipótesis parezca siempre cierta y se pueda confirmar. Ante una falla en la teoría, se pueden añadir supuestos e ideas o pueden hacerse reinterpretaciones. Esto es lo que Popper denominó sesgo convencionalista.
Al contrario que el verificacionismo, basado en las confirmaciones (sería ciencia lo que se puede confirmar); el falsacionismo de Popper se basa en las refutaciones (no es científico lo que se puede refutar). Tras ver los problemas del verificacionismo, el falsacionismo parece una forma de entender la ciencia más racional, deductiva y objetiva. Sin embargo, entender la ciencia de esta forma implica aceptar que la ciencia no se podrá considerar nunca verdadera. Sí podemos saber con certeza qué no es verdadero, pero no podemos saber qué sí lo es. Creo que todavía no estamos preparados para vivir con semejante incertidumbre…
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