Un problema en ciencia es que se confunde neutralidad con objetividad.
La neutralidad hace referencia a una actitud basada en no tomar partido ante un conflicto, mientras que la objetividad trata de conseguir un conocimiento sobre el objeto de estudio en sí mismo, independientemente de la propia manera de pensar o sentir.
La ciencia debe ser objetiva y buscar un conocimiento real y no subjetivo. Esto es algo teórico y, sinceramente, tengo dudas de que pueda ser llevado a la práctica al 100%, pero bueno, nos quedaremos con que la ciencia debe ser todo lo objetiva que se pueda.
Sin embargo, considero que la ciencia no debe ser para nada neutral. Esto llevaría a que desde la ciencia no se opinaría ni se tomarían decisiones ente un conflicto. La neutralidad en ciencia supondría una total indiferencia y cobardía por parte de los científicos que por miedo o por “no seguir las normas de la ciencia” pasarían a dejar de lado sus valores y no cuestionarse ética, moral, social o personalmente sus actividades. Esto me parece, cuanto menos, peligroso.
Tradicionalmente se ha considerado que la ciencia debería ser neutral. Por suerte, la filosofía de la ciencia actual está cambiando de rumbo, defendiendo los valores en ciencia. ¿Por qué es esto importante?
- Por las implicaciones éticas de las aplicaciones científicas. Estaríamos hablando del uso que se hace de los conocimientos científicos y no de la ciencia en sí, pero normalmente las investigaciones se hacen en relación a las posibles aplicaciones.
- Por los temas de las investigaciones. Los recursos son limitados, por lo que hay que escoger qué temas de investigación tratar y cuales no. Aquí entran en juego los valores de forma importante, determinando que temas son más necesarios o urgentes.
- Por la importancia de los “valores epistémicos”, relacionados con el hacer científico. Ser neutral en este sentido puede suponer un ataque a la propia ciencia.
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