Oír y escuchar no es lo mismo.
Los sonidos que llegan a nuestro oído pasan en forma de impulso nervioso a nuestro cerebro, pero no percibimos de igual forma todos los estímulos. Párate un momento. Cierra los ojos y presta atención a los sonidos que hay a tu alrededor. Seguramente hace un minuto no eras consciente de la cantidad de sonidos que había a tu alrededor, ¿verdad? Pues estaban ahí. Los estabas oyendo, pero no escuchando. Aquí encontramos una diferencia clave entre oír y escuchar: no somos conscientes de lo que oímos, pero sí de lo que escuchamos.
Según la RAE, oír es percibir sonidos mediante el oído, mientras que escuchar requiere prestar atención a lo que se oye. Por lo tanto, ambos están relacionados con la audición, pero escuchar implica el esfuerzo añadido de poner atención a la información auditiva que nos llega. Con estas definiciones podemos extraer otra diferencia importante entre ambos verbos: oír es un acto involuntario y escuchar es voluntario. No podemos elegir los sonidos que llegan a nuestros oídos y los que no. Por el contrario, sí que podemos elegir qué escuchamos y qué no (siempre que podamos oírlo, claro está).
Este es el primer punto en el que podemos comprobar que escuchar no es un acto objetivo, sino que tiene un componente subjetivo, al poder seleccionar lo que vamos a escuchar. Esto enriquece mucho el mundo de los sonidos, ya que, en cada momento, cada persona escuchará cosas diferentes, seleccionando aquellos sonidos a los que presta atención.
La selección de lo que escuchamos u oímos no es el único elemento que lleva a que cada persona tenga una experiencia acústica diferente ante sonidos iguales. Cuando oímos o escuchamos nuestro cerebro interpreta la información. Esta interpretación será distinta en cada persona e ¡Incluso en una misma persona puede ser diferente! ¿Por qué ocurre esto? Influyen otros sentidos, la situación en la que estamos, las experiencias pasadas y seguramente muchos otros elementos. Si esto no fuera así, cada vez que escuchamos una misma canción tendría el mismo efecto en nosotros. Pero está claro que esto no es así. Piensa en una canción que te apasione. Habrá habido momentos en los que la hayas oído “como quien oye llover” (quizá por estar concentrada en otra cosa, o por estar en una conversación con alguien o cualquier otra razón que haya desviado tu atención). Y ¿Qué me dices de esa misma canción cuando la escuchaste por primera vez en directo? Nada que ver, ¿verdad? Ante un mismo estímulo, en una situación ni siquiera escuchamos la canción; mientras que en la otra la escuchamos y esto desencadena una serie de emociones en nosotros.
En este ejemplo hablamos de oír y escuchar, pero la interpretación también puede ser diferente si hablamos únicamente de escuchar. Al escuchar, ponemos más interés y nos centramos más en lo escuchado, de forma que se pueden activar conexiones cerebrales diferentes al escuchar una misma canción o sonido. Además de la influencia de experiencia, emociones, y otros sentimientos, que ya hemos mencionado, al escucharlo, podemos centrarnos en distintos aspectos del sonido y guiarlo hacia distintas vías.
Por otro lado, estos sentimientos desencadenados por un estímulo sonoro tendrán su consecuencia a posteriori. Cuando volvamos a escuchar esa canción a tope en nuestra casa recordaremos el momento del concierto, y, dependiendo del momento y la situación, podemos volver a tener un sentimiento similar al que sentimos cuando escuchamos la canción en directo.
Y no solo lo que escuchamos nos marca emocionalmente. Lo que oímos también puede influir, aunque sea de forma inconsciente. Considero que percibimos tanto lo que oímos como lo que escuchamos. Toda la información llega a nuestro sistema nervioso central. Sin embargo, lo que oímos lo percibimos de forma inconsciente e involuntaria; mientras que lo que escuchamos lo percibimos de manera voluntaria y consciente. El que percibamos todo nos permite hacer la selección entre lo que escuchamos y lo que oímos. La otra consecuencia de percibir todo lo que oímos es, como he mencionado, que tanto oír como escuchar pueden influir en nosotros y en nuestros sentimientos.
Hola Clara. Bienvenida al módulo de Ciencia y Artes. Esta primera entrada de la asignatura en el blog tiene un comienzo muy potente (título e imagen). Está muy bien escrito (cuidado con las comas antes de la conjunción "y") y bien estructurado en párrafos. El contenido atiende a los dos tópicos de la tarea. Creo, no obstante, que en los últimos párrafos manejas ideas redundantes que no ayudan a un cierre potente, interesante y más personal.
ResponderEliminarMe gusta mucho la cercanía de tu lenguaje con preguntas ret´óricas que animan al lector a seguirte. Desde ese punto de vista el lenguaje divulgativo está conseguido.
Ya tines tu primer punto en la asignatura
Margarita