Los alimentos funcionales son “alimentos para uso específico de salud, ya que han sido procesados para contener ingredientes que desempeñan una función específica en las funciones fisiológicas del organismo humano, más allá de su contenido nutricional” ("Foods for specified health use" o FOSHU)
Hay cinco métodos para elaborar alimentos funcionales. He ido al supermercado para encontrar ejemplos de cada uno de estos métodos de elaboración. Os dejo aquí el resultado:
ELIMINACIÓN DE UN COMPONENTE
Una forma de elaborar alimentos funcionales es eliminando componentes que pueden ser dañinos o perjudiciales. Hay gran cantidad de ellos, especialmente productos para celíacos e intolerantes a la lactosa, como los que vemos en los siguientes ejemplos:
Aquí vemos un pan de molde sin gluten ni lactosa y yogures sin lactosa. Estos componentes (gluten y lactosa) suelen formar parte de los alimentos señalados, pero en estos casos se retiran por poder ser perjudiciales para celíacos e intolerantes a la lactosa respectivamente (hay que señalar que para el resto de población son ingredientes que no suponen ningún problema).
AUMENTO DE LA CONCENTRACIÓN DE UN COMPONENETE
En este caso, se incrementa la concentración de un componente beneficioso que está de manera natural o normal en el alimento.
En estos ejemplos vemos un zumo de naranja enriquecido con vitamina C (siendo la naranja un alimento ya muy rico en dicha vitamina) y una bebida de soja enriquecida con calcio y algunas vitaminas. Como ya se ha mencionado, se añaden nutrientes ya presentes en el alimento para poder promocionar un mayor (en muchos casos innecesario) aporte de estos.
SUPLEMENTACIÓN CON UN COMPONENTE
En este método de elaboración también se añaden componentes beneficiosos, pero, al contrario que en el caso anterior, el ingrediente añadido no está presente de forma natural en el producto. Aquí tenemos algunos ejemplos:
El primer ejemplo es bastante común en alimentos veganos, ya que se suelen suplementar alimentos de este tipo con ingredientes que pueden faltar en una dieta vegana, como es el caso de la vitamina B12.
El segundo ejemplo son bebidas tipo Actimel. Ya no anuncian tan alegremente como antes la presencia de Lactobacillus Casei, pero sus productos siguen siendo enriquecidos con dicha bacteria.
SUSTITUCIÓN DE COMPONENTES
Este método de elaboración de elementos funcionales consiste en sustituir un elemento que pueda ser perjudicial por otro similar, pero sin efectos negativos o incluso con efectos beneficiosos. Aquí vemos un par de ejemplos:
En la bebida láctea que se muestra en la primera imagen puede leerse: “la sustitución de grasa saturada por ácido oleico te ayuda a regular el colesterol”. Se han sustituido las grasas saturadas por un ácido graso monoinsaturado.
En la segunda imagen se ve una mermelada 0% azúcar. En este producto, como se puede ver en la etiqueta, se ha sustituido la sacarosa por otros edulcorantes.
ALTERACIÓN DE LA BIODISPONIBILIDAD
El último método de elaboración de productos funcionales consiste en alterar la biodisponibilidad de algún componente presente en el alimento. Lo más común es encontrar productos que dificultan la absorción de algún ingrediente perjudicial, pero también se incluirían en este grupo alimentos con algún elemento que mejorase la biodisponibilidad de componentes beneficiosos.
En estas dos imágenes vemos el ejemplo más común de alimentos funcionales elaborados por este método, en los que se añaden componentes que disminuyen la absorción de colesterol. En el primer caso, las galletas contienen betaglucano de avena, un tipo de fibra; y en el segundo caso, el danacol contiene esteroles vegetales.
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