Para mi, la Inteligencia Artificial (IA) es una forma de resolver problemas empleando máquinas y algoritmos que imitan la inteligencia humana.
¿Y en qué consiste la inteligencia humana? Creo que incluiría muchos aspectos: nos permite percibir información, razonar y sacar conclusiones, aprender, convivir, resolver problemas, interaccionar con el entorno, etc.
Resumidamente, podríamos decir que la inteligencia (y por lo tanto también la IA, que la imita) se basa en obtener información, procesarla y usarla para resolver distintos problemas. En este sentido no difiere mucho del resto de ciencias.
Pero...¿Para qué imitar una inteligencia que ya tenemos nosotros mismos?
Pues bien, las máquinas tienen ciertas ventajillas que pueden hacer que la inteligencia sea mucho más potente: no se cansan, pueden procesar mayor cantidad de datos, son mucho más rápidas, tienen mejor memoria, no se distraen de su objetivo, tienen menos sesgos, etc.
Pero el que la inteligencia pertenezca a una máquina y no a un ser humano también puede tener sus inconvenientes y riesgos. Para empezar, dentro del amplio objetivo de resolver problemas, podemos querer resolver problemas para hacer el bien, para hacer el mal o para hacer el regular. El componente ético es muy importante en la IA, al igual que en el resto de ciencias. Además, la IA es desarrollada por personas, que tienen sesgos que pueden transmitir a la IA.
Podríamos hablar de otras muchas preocupaciones que se tienen acerca de la IA, la mayoría relacionadas con la ética. Por esto y por la rapidez con la que avanza y se instaura la IA, lo que parece claro es que es necesario un control y una normativa clara y constantemente actualizada sobre el buen uso de la IA.
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