Llegar al conocimiento es un punto importante en ciencia.
Pero, ¿Cómo se llega al conocimiento? La respuesta es la de casi siempre: Depende.
De manera general, podemos hablar de dos formas de conocer, y por lo tanto, de dos formas de ciencia: la inductiva y la deductiva.
La ciencia inductiva obtiene conclusiones generales a partir de observaciones particulares, mientras que la ciencia deductiva obtiene conclusiones de un fenómeno particular a partir de un principio general o hipótesis. Por ejemplo, la ciencia inductiva concluiría que los gatos son animales preciosos después de analizar una cifra significativa de gatos de distintos tipos. Por el contrario, el método deductivo concluiría que Yuri y Valentina (mis gatos) son preciosos, partiendo del principio general de que todos los gatos son preciosos.
Ambas formas de alcanzar conocimiento son válidas (si se hacen bien) y se usan constantemente en la ciencia. Vamos a ver un par de ejemplos para entenderlo mejor.
Empezamos con un ejemplo de ciencia inductiva. En esta noticia se presentan los beneficios de la terapia con caballos (hipoterapia) en pacientes con esclerosis múltiple. Se llega a la conclusión de que la hipoterapia mejora la la marcha, la espasticidad (espasmos involuntarios) y la calidad de vida de personas con esclerosis múltiple. Para llegar a demostrar estos beneficios de la hipoterapia, se ha usado el método inductivo. Un grupo de pacientes llevó a cabo sesiones de hipoterapia durante 6 meses y se han analizado los cambios en estos pacientes, viéndose mejoras en los aspectos anteriormente citados. De este modo, a partir de observaciones particulares (los casos de cada uno de los pacientes del estudio), se llega a un conocimiento general (la hipoterapia puede llevar a efectos beneficiosos en esclerosis múltiple).
En contraste, tenemos esta noticia que nos sirve de ejemplo de ciencia deductiva. Este artículo habla del descubrimiento de la causa genética del albinismo en los walabies (un pequeño marsupial que suele ser de pelaje marrón). El albinismo consiste en una alteración genética en la que se produce pérdida de pigmentación por la disminución de la melanina, un pigmento de la piel que protege de la luz solar. La tirosinasa es la enzima encargada de producir melanina. Juntando estos datos, los investigadores dedujeron que el albinismo se produce por una mutación en el gen que codifica la tirosinasa. En 2015, se pudo comprobar esta hipótesis, con el nacimiento de un walabie albino en un zoo de Japón. Como se había deducido, se encontró una mutación en el gen de la tirosinasa. En este caso, partiendo de una hipótesis basada en conocimientos previos, se llega a una conclusión particular que, en este caso, se ha podido corroborar.
En estos dos casos, usando métodos diferentes, obtenemos conclusiones y resultados científicos válidos. Esto es el día a día en la ciencia. El método inductivo y deductivo se usan constantemente, e incluso se usan de manera conjunta, para generar conocimiento.
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