La Tierra no es un planeta aislado sin influencias del exterior. Para nada.
Lo que hay a nuestro alrededor tiene efectos sobre nuestro planeta. En esta entrada nos vamos a fijar en los efectos que tiene la Luna sobre la Tierra.
Creo que el efecto más conocido de la Luna sobre nuestro planeta son las mareas; por lo menos es el que más recuerdo yo del cole. La Luna y la Tierra tienen masa (evidentemente) y, como cuerpos con masa que son, se atraen. Esto hace que la Luna ejerza un efecto de atracción gravitacional sobre la Tierra, haciendo que esta se modifique (aunque no nos demos cuenta) y creando así las mareas.
La Luna también afecta a los seres vivos. Se ha comprobado que algunos se vuelven más activos las noches de luna llena. Es el caso de corales tropicales que, cuando hay luna llena se sincronizan, desovando de manera acompasada.
Y hablando de la influencia que tiene la Luna en los seres vivos terrestres, podemos ir a algo más concreto y hablar de los humanos. La Luna aporta visibilidad al reflejar la luz solar en la noche, lo que ha sido importante en la historia de la humanidad.
Por último, pero no menos importante, la rotación de la Tierra también está influenciada por su satélite. La Tierra no siempre ha girado a la velocidad que lo hace hoy (en 24 horas), sino que la Luna ha ralentizado la rotación de la Tierra. Esto ocurre, de nuevo, por la fuerza gravitacional que hay entre los dos astros.
Este punto de la rotación de la Tierra tiene importantes consecuencias. Al ir rotando cada vez más lento, la Tierra puede modificar su eje, lo que supone también un cambio de clima y, con él, un cambio en los ecosistemas.
La Luna y su relación con los ciclos de Milankovic
Los ciclos de Milankovic son variaciones orbitales de la Tierra que tienen consecuencias en el clima a lo largo de la historia de nuestro planeta. Los ciclos de Milankovic se basan en que los movimientos de traslación (giro de la Tierra alrededor del Sol) y rotación (giro de la Tierra sobre sí misma) se ven modificados por tres parámetros:
-La excentricidad de la órbita: influenciada por el resto de astros del Sistema Solar. El ciclo de excentricidad dura 100.000 años.
-La oblicuidad: los cambios en el eje de rotación de la Tierra se ven modificados, como hemos visto, por la Luna. La oblicuidad varía de 22,2° a 24,3° en un ciclo de 41.000 años.
-La precesión: el giro del eje de rotación. En esto influye el Sol, pero también el resto de astros. La precesión tiene un ciclo de 21.000 años.
La combinación de estos parámetros, influidos por la Luna, permiten entender los cambios en el clima no antropogénicos y la sucesión de periodos glaciares e interglaciares a lo largo de la historia terrestre.
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