Cuando pensamos en eventos de extinción masiva, suele venir a nuestra mente el meteorito que acabó con los dinosaurios o un gran desastre natural. Hasta el momento, se han producido cinco grandes extinciones:
- La primera, hace 440 millones de años, acabó con el 85% de las especies existentes. Se teoriza que pudo ser por periodos de glaciación y deshielo debidos a desplazamientos de los supercontinentes del momento, o por la irradiación de una supernova.
- La segunda extinción, hace 365 millones de años, fue causada por las consecuencias debidas al desarrollo de las plantas vasculares, lo que provocó grandes cambios ambientales.
- La tercera extinción ocurrió hace 253 millones de años. En ella desaparecieron el 90% de las especies debido a la gran actividad volcánica, que modificó el clima y las condiciones atmosféricas y ambientales de la Tierra.
- En la cuarta, desaparecieron más de la mitad de las especies hace 201 millones de años. No sé conoce con exactitud la causa, pero se propone que pudo ocurrir por la actividad volcánica, el cambio climático o por el impacto de un meteorito.
- La quinta extinción, que es la más conocida, ocurrió hace 66 millones de años. En ella desaparecieron el 75% de especies, la mayoría de ellos dinosaurios. La hipótesis más extendida sobre la causa de esta gran extinción es el impacto de un meteorito.
Es cierto que las cinco grandes extinciones que se han producido a lo largo de la historia de la Tierra han sido causadas por fenómenos naturales. Sin embargo, esto está a punto de cambiar con la sexta extinción. Muchos científicos apuntan que esta sexta extinción ya ha comenzado, y lo más curioso (y triste) es que difiere de las anteriores en que no está siendo producida por fenómenos naturales como los mencionados anteriormente, sino que la causa primera de la pérdida de especies somos nosotros mismos: la especie humana. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Cómo es posible que la humanidad esté causando una extinción masiva?
Los humanos tenemos una característica que nos hace muy especiales: poseemos gran inteligencia. Utilizamos esa inteligencia para modificar el entorno a nuestro antojo. A veces, consiguiendo cosas maravillosas, pero otras actuamos de manera imprudente, causando grandes daños a nuestro planeta.
Los seres humanos somos una pequeñísima parte de toda la vida de la Tierra. Sin embargo, parece que nos consideramos sus dueños y nos creemos más poderosos que ella. Y no es así… Consumimos recursos naturales por encima de su límite de regeneración, contaminamos aire, agua y tierra, talamos grandes bosques, etc. Y todo esto tiene consecuencias, consecuencias que cada vez notamos más y que contribuyen de forma activa a la sexta extinción.
Nuestras acciones antropocéntrica y destructivas llevan al cambio climático, a la alteración de la atmósfera, a la destrucción de distintos hábitats. Somos los causantes de cambios enormes en el medio que nos rodea, en el que vivimos nosotros, pero también muchas otras especies. Estos cambios producidos por el hombre están rompiendo el equilibrio natural que permite que la vida continúe, están produciendo una alteración del medio equivalente a un meteorito, el movimiento de un supercontinentes o un periodo de erupciones volcánicas.
Lo triste es que, teniendo la capacidad de producir semejantes cambios en nuestro planeta y siendo conscientes de ellos, no parece importarnos mucho. Seguimos con la misma actitud, produciendo el mismo daño al planeta y contribuyendo a la sexta extinción. La situación es cada vez más insostenible y nuestros esfuerzos para solucionarla son mínimos. ¿Seremos capaces de revertir esta situación y evitar la sexta extinción o nuestra avaricia nos va a llevar a la destrucción de nuestro planeta?
Ojalá me equivoque, pero si no cambia mucho nuestro modo de vida, creo que estamos abocados a la sexta extinción. Un evento de extinción injusto y evitable si hubiésemos usado nuestra inteligencia en pro de la sostenibilidad y el respeto a la naturaleza.
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