“Un pellizquito de sal, una cucharada de azúcar, una tacita de harina…" ¿De verdad esto os parecen buenas medidas? Las medidas que se usan en cocina suelen ser demasiado imprecisas para gente como yo, que tenemos una mente un poco rígida y que pide exactitud. Llego a casa del laboratorio, donde tengo que mezclar 8,4 mg exactos de un reactivo con 2 ml de otro, y medir los ingredientes en cucharaditas y tazas me parece un delito, así que voy a hacer un discurso en contra de este tipo de medidas en las recetas de cocina.
Para empezar, si nos fijamos en los instrumentos de medida, estos no están nada estandarizados. Algunos de los instrumentos de medida son vasos, tazas, cucharas, cucharillas o incluso tu mano. Estos instrumentos pueden variar muchísimo de un caso a otro (figura 1), por lo que los resultados obtenidos al final también podrán variar mucho.
Además, normalmente, en las recetas no te especifican cómo has de realizar la medida. No sé a vosotras, pero a mí me falta un buen protocolo. Si la receta me dice que tengo que añadir una tacita de harina, tendría que decirme si es una tacita colmada, rasa o sin llenar del todo. Y ¿Hay que aplastar la harina para que quepa más? ¡Me falta información!
Para terminar de probar que las medidas tipo "cucharada", "pizca" o "taza" deberían estar prohibidas, he realizado un experimento que demuestra su imprecisión. La precisión es la capacidad de un instrumento de dar los mismos resultados en distintas mediciones. Por eso, para este experimento, he realizado distintas mediciones en balanza de una cucharada de azúcar y un vaso de agua.
Los resultados se muestran a continuación:
Pesos de una cucharada de azúcar: 11g, 19g, 13g, 11g.
Pesos de un vaso de agua: 255g, 256g, 252g, 249g.
El rango de diferencia entre el peso menor y mayor de una cucharada de azúcar es de 8g, y el de un vaso de agua de 7g. Además, en este experimento se han usado en todas las medidas el mismo instrumento de medida (la misma cuchara y el mismo vaso). Si usamos instrumentos diferentes, lo más probable es que su capacidad sea distinta y que la precisión sea todavía menor. Con esto, concluimos que las medidas que suelen aparecer en las recetas de cocina son imprecisas y abstractas.
Sin embargo, hay que admitir que este tipo de medidas permite cocinar más rápido y aporta creatividad a la cocina. Creo que lo mejor para todos sería que todas las recetas tuviesen doble sistema de medida: uno en gramos, para la gente que necesitamos saber exactamente lo que necesita una receta; y otro en medidas tradicionales (cucharadas, vasos, pellizquitos, etc.). De esta manera todo el mundo estaría contento y podría cocinar con tranquilidad.
Comentarios
Publicar un comentario